La importancia del tercio de legítima en la distribución de herencias en España

El tercio de legítima es una figura legal que se encuentra en el ámbito del derecho sucesorio. Se refiere a la porción de la herencia que la ley reserva a los herederos forzosos, es decir, aquellos que tienen derecho a recibir una parte de la herencia de forma obligatoria, independientemente de lo que disponga el testamento del fallecido. Esta porción se calcula en base al patrimonio del fallecido y puede variar dependiendo de la legislación de cada país. El tercio de legítima busca proteger los derechos de los herederos forzosos, evitando que sean desheredados por completo y garantizando que reciban al menos una parte de la herencia.

El tercio de legítima es una figura fundamental en el derecho sucesorio, ya que busca equilibrar los intereses del testador con los derechos de los herederos forzosos. Su importancia radica en garantizar que los herederos forzosos reciban una parte justa de la herencia, protegiendo así su legítima expectativa de recibir algo del patrimonio del fallecido. Esta figura legal busca evitar situaciones de desheredación injusta y proteger los derechos de los herederos forzosos, asegurando que reciban al menos una parte de la herencia, independientemente de lo que disponga el testamento del fallecido.

El tercio de legítima en la ley española

En la ley española, el tercio de legítima está regulado en el Código Civil, específicamente en los artículos 806 a 811. Según la legislación española, el tercio de legítima se divide en dos partes: la legítima estricta y la mejora. La legítima estricta es la porción de la herencia que los herederos forzosos tienen derecho a recibir de forma obligatoria, mientras que la mejora es una parte adicional que pueden recibir si el testador así lo dispone en su testamento. En España, los herederos forzosos son los descendientes (hijos y nietos), los ascendientes (padres y abuelos) y el cónyuge viudo.

La ley española establece que el tercio de legítima equivale a dos tercios del patrimonio del fallecido, mientras que el tercio de mejora equivale al tercio restante. Esto significa que, en principio, los herederos forzosos tienen derecho a recibir dos tercios de la herencia, mientras que el testador puede disponer libremente del tercio restante. Sin embargo, es importante tener en cuenta que existen limitaciones a la libertad testamentaria, ya que la ley protege los derechos de los herederos forzosos y establece ciertas restricciones a la hora de desheredarlos.

La importancia del tercio de legítima en la distribución de herencias

El tercio de legítima juega un papel fundamental en la distribución de herencias, ya que garantiza que los herederos forzosos reciban una parte justa del patrimonio del fallecido. Esta figura legal busca equilibrar los intereses del testador con los derechos de los herederos forzosos, evitando situaciones de desheredación injusta y protegiendo la legítima expectativa de recibir algo del patrimonio del fallecido. La importancia del tercio de legítima radica en su función de proteger los derechos sucesorios de los herederos forzosos, asegurando que reciban al menos una parte de la herencia, independientemente de lo que disponga el testamento del fallecido.

En la distribución de herencias, el tercio de legítima garantiza que los herederos forzosos reciban una porción justa del patrimonio del fallecido, evitando así situaciones de desheredación injusta. Esta figura legal busca equilibrar los intereses del testador con los derechos sucesorios de los herederos forzosos, protegiendo su legítima expectativa de recibir algo del patrimonio del fallecido. La importancia del tercio de legítima radica en su función de proteger los derechos sucesorios de los herederos forzosos, evitando que sean desheredados por completo y garantizando que reciban al menos una parte de la herencia.

¿Quiénes tienen derecho al tercio de legítima?

En España, tienen derecho al tercio de legítima los descendientes (hijos y nietos), los ascendientes (padres y abuelos) y el cónyuge viudo. Estos son considerados herederos forzosos y tienen derecho a recibir una parte obligatoria de la herencia, independientemente de lo que disponga el testamento del fallecido. La ley española protege los derechos sucesorios de estos herederos forzosos, garantizando que reciban al menos una parte justa del patrimonio del fallecido.

Los descendientes (hijos y nietos) son considerados herederos forzosos en España y tienen derecho a recibir una parte obligatoria de la herencia, conocida como legítima estricta. De igual manera, los ascendientes (padres y abuelos) también son considerados herederos forzosos y tienen derecho a recibir una parte obligatoria de la herencia. Por último, el cónyuge viudo también tiene derecho al tercio de legítima, asegurando así su protección en caso de fallecimiento del cónyuge. Estos herederos forzosos tienen un derecho irrenunciable a recibir una parte justa del patrimonio del fallecido, protegiendo así su legítima expectativa de recibir algo del mismo.

¿Cómo se calcula el tercio de legítima?

El tercio de legítima se calcula en base al patrimonio del fallecido y varía dependiendo de la legislación de cada país. En España, el tercio de legítima equivale a dos tercios del patrimonio del fallecido, mientras que el tercio restante es conocido como tercio de mejora. Esto significa que, en principio, los herederos forzosos tienen derecho a recibir dos tercios de la herencia, mientras que el testador puede disponer libremente del tercio restante.

Para calcular el tercio de legítima en España, se toma en cuenta el patrimonio total del fallecido y se divide en tres partes iguales. Dos tercios corresponden al tercio de legítima, mientras que el tercio restante es conocido como tercio de mejora. Es importante tener en cuenta que existen limitaciones a la libertad testamentaria, ya que la ley protege los derechos sucesorios de los herederos forzosos y establece ciertas restricciones a la hora de desheredarlos.

El tercio de mejora y su relación con el tercio de legítima

En la ley española, el tercio de mejora es una parte adicional que pueden recibir los herederos forzosos si el testador así lo dispone en su testamento. Este tercio se suma al tercio de legítima y permite al testador disponer libremente de una parte adicional del patrimonio. Sin embargo, es importante tener en cuenta que existen limitaciones a la libertad testamentaria, ya que la ley protege los derechos sucesorios de los herederos forzosos y establece ciertas restricciones a la hora de desheredarlos.

El tercio de mejora tiene una estrecha relación con el tercio de legítima, ya que ambos forman parte del patrimonio del fallecido y son objeto de distribución entre los herederos forzosos. Mientras que el tercio de legítima es una porción obligatoria que deben recibir los herederos forzosos, el tercio de mejora es una parte adicional que pueden recibir si el testador así lo dispone en su testamento. Ambas figuras buscan equilibrar los intereses del testador con los derechos sucesorios de los herederos forzosos, garantizando así una distribución justa del patrimonio del fallecido.

Casos prácticos de distribución de herencias utilizando el tercio de legítima

Para comprender mejor la importancia del tercio de legítima en la distribución de herencias, es útil analizar algunos casos prácticos. Supongamos que un fallecido deja un patrimonio total valorado en 300.000 euros. Según la ley española, dos tercios (200.000 euros) corresponden al tercio de legítima, mientras que el tercio restante (100.000 euros) es conocido como tercio de mejora. En este caso, los descendientes (hijos y nietos) y ascendientes (padres y abuelos) tendrían derecho a recibir dos tercios del patrimonio (200.000 euros) como legítima estricta, mientras que el testador podría disponer libremente del tercio restante (100.000 euros) como tercio de mejora.

Otro caso práctico podría ser el siguiente: un fallecido deja un patrimonio total valorado en 500.000 euros. Según la ley española, dos tercios (333.333 euros) corresponden al tercio de legítima, mientras que el tercio restante (166.667 euros) es conocido como tercio de mejora. En este caso, tanto los descendientes (hijos y nietos) como los ascendientes (padres y abuelos) tendrían derecho a recibir dos tercios del patrimonio (333.333 euros) como legítima estricta, mientras que el testador podría disponer libremente del tercio restante (166.667 euros) como tercio de mejora.

En conclusión, el tercio de legítima es una figura fundamental en el derecho sucesorio español, ya que garantiza que los herederos forzosos reciban una parte justa del patrimonio del fallecido. Esta figura legal busca equilibrar los intereses del testador con los derechos sucesorios de los herederos forzosos, evitando situaciones de desheredación injusta y protegiendo su legítima expectativa de recibir algo del patrimonio del fallecido. El tercio de legítima juega un papel crucial en la distribución de herencias, asegurando que se respeten los derechos sucesorios de los herederos forzosos y garantizando una distribución justa del patrimonio del fallecido.

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Me llamo Ángel Seisdedos, soy abogado especialista en herencias y sucesiones, habilitado como contador partidor de herencias, además de ser la persona que dirige este despacho.

Estudié Derecho en la Universidad Isabel I de Castilla, también hice el Máster en Acceso a la Abogacía en la misma facultad.

Tras varios años dirigiendo una asesoría fiscal he ayudado a muchas familias en sus procesos hereditarios.

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